Sólo yo sé lo que pienso.
Y lo que siento.
Y lo que pienso se reúne
con los sentimientos, en animada charla.
El silencio quisiera gritar, mas calla.
A veces escribe y se explaya
buscando caminos sobre el papel.
Allí, de alaridos se calma
pero quizás llegue un día
en el que no aguante más la carga.
Y se pondrá a chillar, histérico.
Le dirán que ya no es silencio.
Shhhh...¡Cuidado, que algún día grita!
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